Te dejo en libertad.
Nos conocimos de una manera un poco particular. Yo acababa de llegar de L.A., tome un taxi y me llevo hasta mi departamento, al momento de pagarle me di cuenta que no traía dinero mexicano. Y tal vez es raro pero en mi casa no tenía ni un peso. Le dije al chofer que sólo traía dólares, que me esperará mientras iba por el dinero a casa. Sí, le mentí pero no me quedo de otra. Hizo muy mala cara y me lanzo un gruñido pero acepto, le deje mi maleta para que viera que iba a regresar. Entre al edificio y no estaba el portero. La desesperación comenzó a correr por mis venas. Mi brillante idea había sido pedirle dinero a cualquier vecino, pero ninguno pasaba.
Que me parta un rayo, por favor.
Regrese a la calle y a la primera persona que paso le pedí de favor que me ayudará, él se rió pero amablemente pago el taxi. Ahora el lío era como pagarle al lindo y sexy extraño.
"Mañana a las seis, vendré por ti. Iremos por un café y de esa manera me pagaras" Me dio un beso en la mejilla y se fue. Roger, dijo que se llamaba y ahí comenzó todo. Esa fue la primera cita, hubo algunas más, conocí a su mejor amiga y ahí empezaron mis problemas.
Ellos pasaban mucho tiempo juntos, vivían en el mismo edificio y solo estaban a puertas de distancia. Es linda y amigable, y lo peor es que me cae bien. Semanas después nos hicimos novios, su mejor amiga Carla, nos pago una cena en uno de los restaurantes más caros de la ciudad. Muy amable de su parte y tal vez necesario para que yo entendiera que el amor entre ellos era meramente fraternal.
Nuestra relación iba viento en popa. Llego la primera vez que me dijo "te amo" y nuestra relación llegó a lo más alto. Quedarme a dormir en su casa, se hizo una costumbre. Un día de esos, cuando desperté él no estaba, y supuse que estaba en la cocina preparando el desayuno. Ya había pasado otras veces; sí estaba ahí, no estaba solo, estaba con ella con Carla, y no recuerdo la última vez que me miro a mí de esa manera, tan llena de amor y la verdad nunca me dedico una sonrisa como la que le dedicaba a ella. "¡Sofia! Hace años que no te veo" Dijo ella y me abrazo "Bueno yo me voy yendo que tengo que ver a Saul" Se despidió de Roger con un beso en la mejilla y les juro que se sonrojo. Me contó que Saul era el novio de Carla.
Sentí un retortijón en el estomago, seguro no era bueno.
El amor es tan raro, por una parte se nota que Roger y Carla se aman. Él está conmigo y ella tiene a alguien más y estoy segura que son los únicos que no se dan cuenta de lo que les pasa.
Así que quise averiguar un poco.
"Ro" había escuchado a Carla que le decía así supuse que no había problema de que yo le dijera igual "¿nunca pensaste en Carla como algo más que tu amiga?" Lleve un pedazo de mango a mi boca, con ayuda de un tenedor. Quería que pareciera una platica casual.
Roger le dio un trago a su jugo, mirándome con duda. "¿Eso a que viene?" dijo "Sabes que solo somos amigos" Y si algo sabía es que el tema le estaba incomodando demasiado.
“Lo sé, pero es un poco raro, yo creí que los hombres y las mujeres no podían ser amigos y ustedes me demuestran lo contrario”
La conversación murió ahí, nadie dijo nada. No volví a insistir. Enserio esto ya me tiene mal. ¿Porqué la gente no va y dice lo que siente? ¿Porqué se empeñan en que los demás sean felices y se olvidan de si mismos?
Las cosas estaban mejor. Para mi. Para ellos, estaban un poco distanciados. Carla se la pasaba con su novio y Roger de mal humor, sin motivo aparente para estarlo.
¿Saben? A pesar de todo, me sentía bien, porque era a mi a quién besaba, a quién abrazaba, con quién pasaba la noche y todo eso. Y no me debo importar por Carla, ella debe estar muy feliz con su novio. Vinieron a entregarlos la invitación de la boda.
Porque Carla se casaba.
Yo sabía lo que pasaba, ya se los dije antes, ellos se aman. No entiendo porque ella se casa.
Al día siguiente vino a buscar a Roger. No estaba, así que le invite un café y acepto.
“Gracias” Le tomo un poco y suspiro “No sabes lo pesado que es casarse. Es como miles de indirectas para que te arrepientas” Puso la taza un poco lejos de su alcance y puso la cabeza contra la mesa “Nunca te cases y menos por...” No le entendí lo último. Le pregunto y me dijo que no tenía importancia que estaba desvariando un poco. Se terminó su cafe de un trago y dijo que sería mejor irse.
La acompañe a la puerta, antes de salir giro y me dijo “Cuídalo, que te quiere demasiado” Ahora sí se fue. Me quiere pero a ti te ama.
Y suspire y me eche a llorar. Esto es una estupidez. Lo amo, sí. Y con todo el corazón. Pero el suyo nunca fue mío.
Debo hacer las cosas bien.
Nunca había tardado tan poco tiempo en empacar, limpie un poco y me senté en el sofá a esperarlo. Sí, me voy.
Cuando me vio cambio su expresión de lamento a una de susto. Me preguntó que qué me pasaba. No le respondí, siguió haciéndome preguntas, pero yo únicamente me dedique a verlo. Es la persona más maravillosa que conozco. En verdad. Y aparte es guapo, fue suerte de la buena, haberlo conocido.
Me levante y comencé a hablarle “¿sabes? desde que dijo que se casaba ya no es lo mismo. Estás siempre de mal humor y sin razón ¿Porqué no vas y le dices que la amas?” mis ojos se llenaron de lágrimas “¿Porqué eres tan cobarde?” Lo apunte con el dedo y tome mis maletas y me encamine a la puerta. “Dos minutos después de que me vaya, quiero que vayas a su departamento y le digas lo que sientes” Me regrese y bese su mejilla “Eres lo mejor que me a pasado, pero sabes que esto es lo mejor”
Ya no había vuelta atrás. Lo deje libre. Y lo mejor es que me hizo caso, acabo de recibir la invitación a su boda.
No tengan miedo a decir lo que sienten. Eso que ves en los ojos de tu mejor amigo, tu sabes que es amor. Y él no siempre tendrá una novia como yo, que le ayude a abrir los ojos. No es que me eche el crédito, pero las cosas no hubieran sido así, si no me hubiera decidido a soltarlo, a dejarlo volar al rumbo que el añoraba.
¿Cuál regalo de bodas creen que debo llevar?
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario