Clasificación: PG-13= Para mayores de trece años.
Advertencias: Muerte de un personaje.
Genero: Angustia,
Nota: Es TOTALMENTE ficción, nada de esto sucedió, ni sucederá, ni son personas reales, yo sólo me preste los nombre y espero que por ello no me odien, ni me demanden. Quedando todo claro. Enjoy it.
Advertencias: Muerte de un personaje.
Genero: Angustia,
Nota: Es TOTALMENTE ficción, nada de esto sucedió, ni sucederá, ni son personas reales, yo sólo me preste los nombre y espero que por ello no me odien, ni me demanden. Quedando todo claro. Enjoy it.
~Cáncer
"Mami, tengo sed" Dijo la pequeña Emma. Carla limpió sus lágrimas y se levanto de la incomoda silla. Le apartó el poco cabello de la frente y ahí mismo deposito un beso. "Voy, mi vida" Dio un suspiro y se dirigió a buscar a una enfermera que le dijera donde encontrar un poco de agua.
Regresó con una jarra y un pequeño vaso de plástico. Lo sirvió a un poco más de la mitad, ayudó a Emma a sentarse para que pudiera beber el líquido vital.
Emma cuenta con seis años, la primera y única hija de la familia Gonzalez-Garza Medina.
Carla Medina apenas comenzaba el séptimo semestre de la profesional cuando se enteró que tenía seis semanas de embarazo. Roger, su novio al saberlo inmediatamente le pidió matrimonio a lo que respondió que no. "No quiero que sea un niño de compromiso, quiero que los tres seamos felices, aunque separados" Cuando la pequeña llego a sus vidas pasaban la mayoría del tiempo juntos. En el primer cumpleaños de la pequeña, Roger volvió a pedirle matrimonio. Ya no pudo negarse, lo amaba demasiado y era un excelente papá. La boda fue muy sencilla, solo los familiares y amigos más cercanos asistieron. La luna de miel, en realidad fueron las primeras vacaciones como familia a Disneyland.
El segundo año de Emma llego, junto con un gran pastel, una fiesta, muchos regalos y una mala noticia; Emma tenía leucemia.
Y Carla lloró las siguientes semanas, buscando un doctor que le devolviera a su hija. Ni Roger, ni Carla eran compatibles ninguno podía donarle medula ósea.
Recordó aquella película, "La decisión más difícil" le planteó la idea al oncólogo. Una fecundación in vitro, con todas las características y genes necesarios para salvar a la pequeña Emma. "Señora, eso es ficción, en realidad no estoy seguro de que funcione y aquí en México no creo que podamos realizarlo. Viaje a san Diego, yo le recomiendo con quien vaya" Y así lo hizo, a los pocos meses se embarazo.
Cuando su segundo hijo iba a nacer le dio preclampsia; veía lucesitas, la presión arterial estaba en el máximo y llego a tener convulsiones. Roger no podía con esto, necesitaba que su esposa estuviera bien, que lo abrazara y le dijera que las cosas se iban a tornar mejor. Pero ahora ella estaba en el quirófano, debatiéndose la vida. O se salvaba ella o el bebe. Roger quería que su esposa se salvara, en eso momento la criatura no importaba tanto.
Carla la libro, pero Erik, así se llamaría, no. Y hubo más complicaciones al grado de que perdió la matriz.
Eso era lo que menos importaba, Emma necesita de su madre, que la tome de la mano y le diga cuanto es que la quiere.
La pequeña entró a la lista de donaciones, buscando a alguien que fuera cien por ciento compatible. Por lo tanto estaría tomando medicamentos muy fuertes.
Hoy tres años después está en fase terminal. Nadie le es compatible. Carla y Roger están devastados. Ya casi no hablan, Carla vive prácticamente en el hospital, Roger casi no va. No le gustaba ver a sus chicas en esas condiciones tan deplorables. Ambas parecían morirse.
Emma dio la sonrisa más grande que pudo al ver a su papi parado en el marco de la puerta. "Viniste" dijo y volvió a sonreír, haciendo que sus pequeños ojitos mieles se entrecerraran haciéndola lucir adorable. A pesar de lo pálido de su rostro y las horribles ojeras, igualitas a las de su madre.
"No puedo olvidarme de ustedes" Dijo colocándose del lado contrario de la cama, de donde se encontraba Carla "Son mi todo"
Carla suspiro, a estas alturas ya no sabía si creerlo.
"Júntense" Dijo Emma "Les quiero decir algo" Y así lo hicieron. "Yo quiero que estén siempre juntos, que se quieran mucho y me quieran a mi también" Su voz sonaba cansada, hace un par de días ni una palabra podía decir "Yo los quiero y no me quiero ir, quiero quedarme para siempre" Carla no pudo evitar que sus ojos se aguaran y que una que otra lágrima bajara por su mejilla. Tomo la mano de su hija "No te iras a ningún lado, estarás siempre con nosotros, pequeñita ¿Quién te dijo semejante barbaridad?" Quería sonar tranquila, pero su voz estaba más que rota.
"Las enfermeras, mami"
"Solo jugaban" Esta vez fue Roger el que habló. Y Tomo la mano que le quedaba libre a Carla. "Nosotros te amamos, estamos contigo y jamás de los jamases nos vamos a separar" Se agacho para besar la frente de Emma y sintió que su temperatura corporal estaba muy alta. "Carla tiene fiebre" Dijo con miedo. Carla le soltó la mano y la colocó en la frente de Emma, antes de que pudiera asentir la pequeña mancho las sabanas de sangre la cual acababa de vomitar.
"¡Un médico por favor!" Gritó Carla. Roger salió de la habitación buscando alguno.
"Les pido que por favor salgan de aquí" Dijo y Carla no podía moverse, su pequeña Emma se moría y ella no podía hacer nada "Por favor señora" Dijo el doctor, Roger se acercó a ella tomándola de los hombros.
"Los quiero" Dijo Emma como pudo, antes de que salieran.
Se quedaron en el pasillo, llorando. ¿Qué más podían hacer? ¿Rezar? Pfff, pamplinas, sí Dios existiera, una pobre niña inocente no sufriría.
"Ro, mi hija se me va, ¡Se me va!" Se estiró el cabello dejándose caer sobre el frío piso de mármol. "nuestra hija se muere" Roger se sentó junto a ella, abrazándola, acariciándole la espalda en un intento de relajarla. Tenía que ser fuerte, el bastón donde se apoyara, él también estaba que se moría, pero no podía simplemente tirarse a llorar y hacer que Carla se sintiera aún peor.
Una camilla paso junto a ellos a toda velocidad, detrás al doctor que trotaba apurado. O Emma ya estaba mejor y él doctor tuvo otra urgencia ahí mismo en pediatría, o ya era el final.
*
"Lamento informarles que Emma acaba de fallecer" Dijo el médico y se retiró. Así, sin más.
Las rodillas de Carla la hicieron caer, Las lagrimas ya estaban ahí desde antes. No es posible, su niña, su niñita ya no estaba, ya no. Roger le limpió las lagrimas intentando evitar las propias. Algo meramente imposible, Emma era lo único bueno que tenía, lo único que mantenía con vida a su Carla.
El funeral fue lo más espantoso que pudo haber. Lágrimas y gritos desgarradores por parte de Carla, Roger estaba ebrio, según él para olvidar. Y en el pequeño ataúd Emma descansaba, ya no habría más inyecciones, no más medicamentos de nombres extraños no más dolor. Solo ella, acompañada de su manta de colores. Y el amor que sus padres siempre le tendrán.
"Roger, quiero el divorcio" Dijo Carla después que visitaran a su hija al panteón.
No le quedo más que aceptar, simplemente no puede retenerla a su lado.
Las cosas en ese ámbito habían sido fáciles. Roger decidió dejarle todo a ella, Carla vendió la casa y los coches y le entregaría la mitad de lo ganado a su ex-esposo. Justo lo vería en un parque, para eso.
"No se me hace justo que te quedes sin nada, también era tu casa, también era tu vida." Le entregó un sobre amarillo "Para que puedas empezar una vida" Se paró de la banca y le indicó a Roger que también lo hiciera, cuando estaba de pie lo abrazo y le dijo al oído: "Te amo"
Roger se separó y miró sus ojos llenos de lagrimas. "¿Sabes? No te besare, por que la parte más difícil es dejarte ir" Le dio otro abrazo y se fue, dejándola, con todo el amor que aún le tiene, que siempre le tendrá. Pero estar juntos es sinónimo de que ella nunca volverá a ser feliz, la mirada de Roger era idéntica a la de Emma, también el cabello y la sonrisa.
Roger también ama, y se trago las ganas de ser feliz por que ella lo fuera. Y espera que esta separación tenga el resultado esperado. Por que en serio, decirle adiós a su vida es la peor parte.
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