- Esta historia es la número 6 de 5 historias de la serie "Mejores Amigos". (Es un bonus. No estaba contemplada para esta serie.)
Maneras/Reencuentros/Ya te quiero ver.
Nos volvimos a encontrar. La verdad es que, desde la última vez que eso sucedió, me imaginé las mil y una maneras de reencontrarnos. Él podría llegar a mi salón y decir “¿Me permite a Carla?”Luego cuando yo estuviera fuera del aula él me besaría. Todos mis compañeros verían y se morirían de envidia. Claro, esa opción es como muy de película. Así que la suprimí.
Roger es un bailarín nato. Él baila a cualquier son que le pongas; salsa, merengue, tango, duranguense, samba... ¡lo que sea! Así que no sería sorpresa que me lo llegara a encontrar en el miércoles de danzón. Yo habría ido con Daniel, -mi supuesto pretendiente- lo vería y Daniel estaría más que molesto, tomando mi brazo con fuerza, evitando que aceptara la invitación para bailar de Roger.
A Roger no le importaría y con la magia que aguarda en su mirada, me arrastraría hasta la pista de baile en medio de la plaza. Bailaríamos canciones que sólo en casa de mi abuela he escuchado; los abuelitos que ahí se encontrarían dejarían de bailar para vernos a nosotros, a Roger y a mí, con las miradas y pies sincronizados. Sonriendo por miedo a ver lo que realmente estaría pasando. Ignorando el hecho de que estaríamos haciendo el amor con solo una mirada.
Okay. Yo no sé bailar, así que no tendría sentido bailar toda la noche con él. Y las demás opciones no vale siquiera la pena mencionarlas. En una me imaginé que él me rescataba de tipos malos que querían violarme; fue ahí cuando caí en cuenta de que todo, por más realista, era una sarta de fantasías y desde siempre lo que pasaba entre nosotros era tan impredecible como la vestimenta de Lady Gaga.
Cuando comencé a idealizarme con volver a verlo, me lo había topado en una papelería; el lugar más carente de magia. Por si tenían duda. Ese día me di cuenta de que lo que sentía cuando tenía quince, tal vez dieciséis seguía ahí, pero no pude hacer nada, yo me tenía que ir así como él tenía que quedarse. “Ojalá pronto nos veamos”Dijo y no pude estar más de acuerdo.
Luego olvide que tenía un mejor amigo. Intente hacerme creer que quien me robaba el sueño era Daniel. Ustedes saben que no es así, nunca lo fue. La manera en la que siempre extrañé a Roger me confirmó todo. Quise verlo y decirle ¡Hey, te amo! Pero siempre que estoy frente a él, mi coherencia se toma el día y termino diciendo cada cosa.
No esperaba verlo. Claro que no. Tenía hambre y fui a buscar comida, pero encontré algo mejor. Unos ojos verdes que me miraron y me dijeron tanto y no me dijeron nada. Le sonreí y él hizo lo mismo. Me detuve a su altura y dejó hablando a las personas con las que estaba manteniendo una conversación. “Hola”alguien dijo. No sé si fue él o si fui yo. Las palabras eran lo de menos. Mi mejor amigo estaba parado frente a mí. Se pudo haber acabado el mundo y no me hubiera dado cuenta.
Nos abrazamos. Sus manos en mi cintura, las mías en él, de la misma manera. Nos miramos, su mirada, ¡Dios! Su mirada. ¿ya lo mencione, cierto? -En ella descubrí que me quiere igual que yo a él- Pasamos al rededor de una hora juntos. Hablamos de todo, de nosotros, de la fiesta a la que no me invitó y reímos como nunca antes.
Nos dijimos adiós, y más que eso. Ahora volví a imaginarme la manera en la que podríamos reencontrarlos. Él me dirá “Hay algo que tengo ganas de hacer, pero no sé si hacerlo”jugará con sus dedos y mirará el piso. “No es bueno reprimirse, hazlo”le responderé y antes de que me de cuenta, estará besándome.
Y si él no lo hace, yo lo haré; le susurraré una canción dulce al oído, lo miraré a los ojos y le diré “Se mi hombre”
No hay comentarios:
Publicar un comentario