Prólogo.
Cuando Carla termina la preparatoria, comienza a buscar ideas de como conseguir lo que quiere. No sabe que es, pero confía que su subconsciente sepa que es. Lo busca en sus sueños, pensamientos y en los antiguos apuntes de la escuela.
La idea llega, el futuro está por comenzar a escribirse, todo marcha bien hasta que...
“Carla, te vas todo el verano con la abuela”
Y no es que no quiera o que no le guste la idea. Pero en sus planes estaba conseguir un trabajo y mudarse a la capital, no a un pueblito que ni siquiera tiene nombre.
Sin embargo, no puede decir que no y estando ahí todo el pasado la golpea y el mismo la ayuda a sanar el golpe.
Y unos ojos verdes le inspiran muchas cosas, podría hasta naufragar con ellos. Pero luego de verlos todos los días no cree que pueda dejarlos.
¿Donde quedó el sueño de la ciudad?
¿Donde quedó el “nadie como tú podría gustarme"?
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